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Una casa pasiva es un tipo de vivienda diseñada para ser extremadamente eficiente en términos de energía, lo que resulta en un menor consumo de recursos y un menor impacto ambiental. El término "pasivo" se refiere a la capacidad de la casa para mantener una temperatura interior cómoda con muy poco uso de sistemas de calefacción o refrigeración mecánicos. Para lograr este nivel de eficiencia, las casas pasivas emplean una serie de técnicas y tecnologías de construcción avanzadas.
Si bien la eficiencia energética y el impacto ambiental suelen ser los aspectos más destacados al hablar de casas pasivas, el enfoque económico es igualmente relevante. Muchas personas se preguntan: ¿Cuánto más me costará una casa pasiva y cuánto tiempo tardaré en recuperar esa inversión?
Construir una casa pasiva implica una inversión inicial más alta que una vivienda tradicional. Los materiales de aislamiento de alta calidad, las ventanas de triple acristalamiento, y los sistemas de ventilación mecánica controlada son algunos de los elementos que incrementan el coste. Se estima que el precio de construcción puede ser un 10% a 20% más alto que el de una casa convencional, dependiendo de diversos factores como la ubicación, el diseño y el contratista.
El coste inicial puede parecer desalentador, pero es crucial considerar el ahorro energético que conlleva. Las casas pasivas pueden reducir las facturas de calefacción y refrigeración en hasta un 90% en comparación con las casas tradicionales. Además, muchos países ofrecen incentivos fiscales y subsidios para viviendas energéticamente eficientes, lo que puede compensar en parte el coste adicional.
El tiempo que se tarda en recuperar la inversión inicial a través del ahorro en facturas energéticas varía, pero generalmente oscila entre 8 y 12 años. Este periodo puede acortarse si los precios de la energía aumentan o si se aprovechan incentivos y subsidios gubernamentales.
Una casa pasiva suele tener un valor de reventa más alto que una casa convencional debido a su eficiencia y sostenibilidad. En un mercado cada vez más consciente del impacto ambiental y de los costes a largo plazo, las casas pasivas son una inversión atractiva.
Desde el punto de vista económico, una casa pasiva es una inversión sólida para el futuro. El coste inicial adicional se compensa con creces por los ahorros en energía y el potencial de revalorización de la propiedad. Además, al considerar los beneficios ambientales y la comodidad que ofrecen estas viviendas, el argumento económico para optar por una casa pasiva se fortalece aún más.
Las casas pasivas, incluidas las prefabricadas, pueden obtener varias certificaciones para validar su eficiencia energética y sostenibilidad. A continuación se presentan algunas de las más reconocidas:
Antes de optar por una casa pasiva prefabricada, es recomendable investigar qué certificaciones son más reconocidas y respetadas en su país o región. Estas certificaciones no solo validan las credenciales ecológicas y de eficiencia energética de la vivienda, sino que también pueden influir en su valor de reventa y en la posibilidad de acceder a incentivos o subsidios gubernamentales.
Cuando se habla de casas pasivas, generalmente se piensa en eficiencia energética y sostenibilidad. Sin embargo, un aspecto que a menudo se pasa por alto es la calidad del aire interior, que es crucial para la salud y el bienestar de los habitantes. Las casas pasivas prefabricadas tienen un impacto significativo en este aspecto, y aquí te explicamos cómo:
Uno de los requisitos más estrictos para lograr la certificación Passivhaus u otras certificaciones para casas pasivas es un sistema de ventilación mecánica con recuperación de calor (VMC). Este sistema garantiza un flujo constante de aire fresco desde el exterior, mientras recupera el calor del aire expulsado para mantener una temperatura interior estable.
Estos sistemas de ventilación suelen contar con filtros de alta eficiencia que eliminan partículas, alérgenos y contaminantes del aire exterior antes de que ingresen a la vivienda. Esto es especialmente beneficioso para personas con alergias o asma.
Muchas casas pasivas prefabricadas hacen uso de materiales de construcción que son no tóxicos, lo que reduce la presencia de compuestos orgánicos volátiles (COV) en el aire interior. Los COV son emitidos por ciertos tipos de pintura, selladores y otros materiales de construcción, y pueden ser perjudiciales para la salud.
El diseño inteligente y los materiales de alta calidad utilizados en casas pasivas prefabricadas también contribuyen a mantener niveles de humedad equilibrados, evitando así la formación de moho, que puede ser perjudicial para la calidad del aire.
La estanqueidad y el aislamiento eficiente de las casas pasivas limitan la cantidad de polvo y ácaros que pueden entrar desde el exterior, lo que también mejora la calidad del aire interior.
En resumen, las casas pasivas prefabricadas no solo son eficientes y sostenibles, sino que también ofrecen un entorno interior más saludable. La calidad del aire interior es un aspecto esencial para cualquier vivienda, y en las casas pasivas prefabricadas, este es un factor que recibe la atención que merece.
Las casas pasivas no son solo para climas fríos; en realidad, también ofrecen numerosas ventajas en climas más cálidos. Estas son algunas razones por las que las casas pasivas pueden ser una excelente opción en zonas de alta temperatura:
Al igual que en climas fríos, las casas pasivas en climas cálidos están diseñadas para ser altamente eficientes desde el punto de vista energético. Esto significa que mantienen una temperatura interior más fresca de forma natural, reduciendo la necesidad de aire acondicionado.
El aislamiento eficaz y un diseño cuidadoso pueden bloquear el calor exterior, manteniendo así fresco el interior de la casa. El uso de ventanas de doble o triple acristalamiento, sombreado adecuado y orientación del edificio puede ayudar a controlar la ganancia solar.
Las casas pasivas suelen incluir sistemas de ventilación eficientes que permiten el flujo de aire sin comprometer la eficiencia energética del edificio. En climas cálidos, estos sistemas pueden configurarse para maximizar la ventilación natural, lo que puede ser especialmente efectivo durante las noches más frescas para reducir la temperatura interior.
Cuando se necesita aire acondicionado, las casas pasivas están diseñadas para utilizar sistemas mucho más eficientes que los que se encuentran en las casas convencionales. Esto se traduce en menor consumo de energía y, por lo tanto, en menores costos de electricidad.
Al igual que en climas fríos, las casas pasivas en climas cálidos son una opción más sostenible. Utilizan menos energía y, por lo tanto, reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, lo cual es beneficioso para el medio ambiente.
Aunque la inversión inicial en una casa pasiva puede ser más alta que en una convencional, los ahorros en costos de energía a lo largo del tiempo suelen justificar la inversión. Además, en muchos lugares existen incentivos fiscales y subsidios para construir viviendas energéticamente eficientes.
En resumen, las casas pasivas son una excelente opción para climas cálidos gracias a su diseño eficiente, que no solo hace que la vivienda sea más cómoda sino que también reduce significativamente los costos de energía.